Este año tuve la (mala) suerte de comenzar con el sistema de Bolonia, impuesto por el Gobierno Español en las universidades, un sistema que, básicamente, lo que hace es dejar al alumno atrapado para siempre en el instituto: trabajos prácticos, faltas de asistencia, profesores que se sienten con la libertad de decirle al estudiante lo que debe hacer (bueno, no sé si eso es nuevo…), horarios fijos, casi imposibles de compaginar con otra actividad, y es exactamente aquí donde me quiero detener: ‘’horarios fijos, casi imposibles de compaginar con otra actividad’’. Si bien es verdad que me gustaría llevar a cabo muchas otras actividades, encuentro casi imprescindible aquella de trabajar, es decir, desempeñar una tarea específica a cambio de un remuneración monetaria a final de mes, o sea, DINERO, esos papelitos de colores que mueven el mundo, que pagan comida, servicios, ropa… CARRERAS UNIVERSITARIAS (ya que el término ''público’’ en España es bastante relativo cuando significa que tengo que gastar alrededor de 1000€ para poder estudiar, y eso SOLO PARA MATRICULARME).
Planteemos una situación hipotética en que el alumno no puede contar con ayuda de sus padres, no sabe si el Gobierno le va a dar una beca (otra cuestión que parece una broma; vos empezá la carrera que nosotros ya vemos, juzgando de acuerdo a los criterios que nos vengan en gana ese día, si te vamos a ayudar, porque tal vez nos da la gana ayudar más al de al lado, que viene de una familia acaudalada y estar cursando 1ro de carrera por cuarta vez) y claro, gracias al fantástico horario inflexible de la universidad, y a las mil actividades para chicos de bachiller que le impusieron no puede trabajar , si no puede trabajar, no puede pagarse la carrera, por tanto no estudiará; resultado: ¡Gracias sistema! ¿Querías una sociedad analfabeta? Ahí la tenes…
Planteemos otra situación… hipotética (ejem): El alumno nuevamente no puede contar con la ayuda de sus padres, y, nuevamente, no sabe si le será otorgada la beca, ok. Por fortuna el alumno logró ahorrar algo de dinero de algunos trabajos que desempeño, y por tanto, pudo matricularse en la carrera, y SOBREVIVIR durante algunos meses, claro, siempre sabiendo que, lo antes posible, deberá conseguir un nuevo trabajo, pero se encuentra entonces con la misma situación anterior, el sistema sencillamente no le deja tiempo para buscar una actividad remunerada, y, lamentablemente, el dinero se acaba; resultado: El alumno se ve obligado a dejar la carrera (si es que no fue enormemente analista y vio lo que podía pasar antes de que pasara, y por ende, decidió NI EMPEZAR UNA CARRERA QUE MAS TARDE DEBERIA DEJAR). ¡Gracias sistema! ¿Querías una sociedad analfabeta y esclava del dinero? ¡Ahí la tenes! ¡Disfrutala!
Más o menos eso es lo que pude ver hasta ahora de este genial sistema impuesto por el Gobierno, un sistema que no trae ningún beneficio para el alumno, un sistema en el que están implicados dos, y si el alumno no se lleva el beneficio, ¿Quién se lo lleva?
Y es que cada vez me convenzo más de que este país está hecho para los nenes de papa que ya tienen toda la vida resuelta.
Por eso digo, y repito
¡Gracias sistema! Seguí dándole a los que tienen y quitándole a los que no. ¡JA! No sabes que lindo futuro que te espera….